PASADO

TIEMPO

HISTORIA

En las verdes tierras de Portomarín, tierra de peregrinos y leyendas, nace el orujo con el alma de Galicia. Tras cada vendimia, los lugareños destilan el líquido en sus alquitaras tradicionales, donde el vapor se convierte en el aguardiente más puro. Años de tradición se condensan en cada gota, dando vida a liquidos que encierran historias de campos, ríos y caminos ancestrales.

UN PASADO MUY PRESENTE

Desde hace generaciones, las familias de Portomarín han custodiado el secreto de la destilación del orujo. En cada hogar, padres e hijos comparten la labor sagrada de transformar la uva en espíritu, pasando saberes y pasiones de mano en mano. Al calor de la alquitara familiar, conversaciones y risas se mezclan con el dulce aroma del aguardiente en formación.

FIESTA

Cada año, por primavera llega la fiesta del aguardiente a Portomarín, la fiesta gallega inunda de júbilo las calles. En esta época de celebración, las familias unen fuerzas para destilar sus orujos, marcando el ritmo de una tradición que es el corazón de su cultura. La destilación se convierte en fiesta, donde el antiguo arte de las alquitaras se entrelaza con la música de gaitas y pandeiretas. Este año el concurso de coctelería con orujo es el culmen de esta festividad, un brindis a la herencia gallega, que en cada sorbo une a la comunidad en honor a la tierra que los sustenta.

ALQUITARAS

La alquitara, corazón palpitante de la Fiesta del Aguardiente de Portomarín, es más que un instrumento de destilación; es un símbolo de la comunión entre la tierra y sus frutos. Esta pieza clásica de la destilería gallega, con su vientre de cobre y sus curvas que evocan tradiciones ancestrales, captura la esencia de la uva prensada, destilando no solo orujo, sino también la historia y la pasión de la gente de la región. En la alquitara, el producto se transforma, gota a gota, en un líquido cristalino, encarnando el respeto por la tierra que nutre, la paciencia de esperar la madurez perfecta y la alegría de compartir el fruto de la cosecha. En Portomarín, la alquitara no es solo una herramienta; es un legado vivo, un punto de encuentro donde la comunidad se reúne para celebrar la generosidad de su tierra y la fortaleza de su gente.

TRADICIÓN NO PERDIDA

En Portomarín, la familia es el eje que sostiene el ciclo anual de la vendimia, la destilación y la fiesta tradicional. Desde el amanecer de la cosecha, manos jóvenes y ancianas trabajan unidas, seleccionando las uvas que darán el mejor orujo. La destilación es un ritual familiar donde se comparten historias y se enseñan los secretos de la alquitara, reforzando los lazos y transmitiendo el orgullo de la artesanía ancestral. La fiesta del aguardiente es la celebración de este esfuerzo colectivo, un tiempo para que la comunidad honre las tradiciones y la tierra. En cada paso, desde la tierra hasta el vaso, la familia es clave, perpetuando un legado de unidad y pasión que hace que la Fiesta del Aguardiente de Portomarín sea mucho más que una celebración: es una expresión de identidad y amor por la tierra.

PARTICIPA

. ¡Vuestras creaciones pueden marcar la diferencia y abrir nuevos caminos para el futuro de nuestra región! Es vuestro momento de brillar y demostrar que el arte de la coctelería, unido a la tradición de nuestros aguardientes, es un vehículo poderoso para el desarrollo y reconocimiento de Galicia. ¡Participad en el Concurso del Cóctel do Camiño y sed parte de esta emocionante jornada hacia el futuro!